Por Vanina Steiner

Estos tres músicos, de raíz tanguera, apuestan a una audaz propuesta: la fusión del tango y el jazz. Luego de su primera producción discográfica, «Abriendo el juego», Tango en Tres presentó «Legado», su nuevo trabajo.

Entrevista a Julián Graciano (guitarra eléctrica de siete cuerdas), Santiago Álvarez (contrabajo) y Marcelo Cóceres (batería).

 

¿Cómo se gestó Tango en Tres?

Marcelo Cóceres (batería): Tango en tres se formó en 2006. Julián había hecho un conjunto de composiciones para trío de guitarra, contrabajo y batería, ya desde el principio con esa clara idea de tipo de formación.

Julián Graciano (guitarra eléctrica de siete cuerdas): Convoqué primero a Santiago, y después de buscar bastante, como sabés en el tango no hay una cultura de inclusión de la batería, ahí me acordé de mi compañero de secundario, Marcelo, que tocaba la batería… lo llamé y le pregunté qué estaba haciendo, si estaba tocando jazz… Le gustó la idea y se sumó.

¿Ya habías tocado tango?

MC: No, hasta ese momento había hecho de todo, sobre todo rock y jazz, pero tango no.
JG: Además Marcelo lee música, algo que no es tan común, porque no es un instrumento al cual se le escriba la particella habitualmente. Lo llamé, estaba tocando jazz, y le dije «tenemos una fecha en 5 días», pero no se asustó y se vino.

¿Cómo es el trabajo en el trío?

JG: Yo compongo y hago los arreglos, luego trabajamos juntos la interpretación. Nos llevamos bien, somos como una familia, hace 4 años que estamos tocando y con dos discos editados.
Santiago Álvarez (contrabajo): El primer disco, Abriendo el juego, lo grabamos a principios de 2007. Fue un trabajo totalmente artesanal, quiero decir que nos ocupamos de todo nosotros. No sólo del trabajo artístico sino de todos los aspectos técnicos, lo produjimos nosotros, hasta con el diseño de la tapa, le dijimos al diseñador exactamente lo que queríamos. No delegamos nada… (risas)
MC: Con ese disco también fuimos a Cuba, invitados por Chucho Valdéz. Y lo volvemos a escuchar y nos sigue gustando, es un trabajo que maduró muy rápido porque lo grabamos a los 8 meses de estar tocando juntos.

¿Y por esos momentos también estaban tocando en vivo?

JG: El lugar más importante fue La Cooperación (Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini), ese fue el puntapié inicial, el lugar donde nos presentamos con todo el repertorio por primera vez.

¿Cómo llegaste a esta estética?

JG: Si vos estudiás algo que te gusta, entonces indagás, y buscás… Uno es músico de tango de raíz, porque como en mi caso, ya lo escuché desde chico, crecí con eso. Uno después estudia, se academiza, busca su camino… para mí el jazz es un gran lenguaje universal, y es una herramienta que sumado al género tango, me surge naturalmente, no es una postura forzada en lo más mínimo.

¿Qué música escuchás?

JG: Miles Davis, Charly Parker, que para mí es uno de los pilares del lenguaje moderno, Coltrane, Bill Evans, Bartok, Stravinsky y, por el lado del tango, principalmente a Aníbal Troilo y Eduardo Rovira, que para mí fue como una puerta que abrí que me cambió la vida, cuando lo descubrí fue como descubrir un mundo nuevo, me sentí emparentado con él, con su música. Mi papá, músico de tango, y mi fuente de inspiración tanguística, me lo hizo escuchar. También tengo que nombrar a Dino Saluzzi, un hombre que está haciendo crecer al bandoneón y abriéndole nuevos senderos.

 
Ustedes han tocado en festivales de jazz y en festivales de tango, ¿dónde se sienten más «en casa»?

SA: Tocamos en festivales tanto de jazz como de tango, porque son grandes, en lugares más chicos no te aceptan porque para ellos nos sos jazz ni sos tango, o sea, para los jazzistas somos muy tangueros y para los tangueros somos muy jazzistas.
Julián Graciano: Esto por un lado nos viene bien, nos da mucha personalidad y nos destaca de entre otras formaciones. Nos abre las puertas de muchos eventos grandes que albergan propuestas más arriesgadas. Pero a nivel comercial, en la rutina diaria, se dificulta encontrar lugares para tocar.

No hay tantos lugares para la música en vivo, también están las milongas, pero…

JG: Claro por ejemplo otros músicos tocan en milongas, un espacio que para nosotros es más difícil. No porque nosotros no querramos, al contrario. Pero ¿te imaginás gente bailando nuestra música? (risas) Nuestra estética quizás no es tan tanguera para el común de la gente porque no tenemos bandoneón, y para el tipo de propuesta como la nuestra, se reducen mucho los ámbitos para tocar en vivo.

Hay un tema que me encantó, con el que me imaginaba una coreografía…

JG: ¿En serio? ¿Qué tema?

«En silencio». Quizás no sea una música que inspire al baile de salón… (risas) pero sí podría inspirar un trabajo artístico.

JG: Sí, claro, nos encantaría que alguien se interese en hacer algo con nuestra música.

¿El de ustedes es un camino solitario? Quiero decir, cuando se hacen cosas jugadas, no sólo en la música, se transita un camino más bien en soledad ¿no es así?

MC: Yo toqué en bandas de rock y de jazz, en propuestas muy interesantes, pero ésto es algo diferente, el vértigo que siento es otro.
SA: Sin pecar de pedantes, no buscamos ser los nuevos Piazzolla ni nada así, pero es verdad que nuestra música es muy diferente y causa sorpresa en la gente. Es también una música muy compleja, que no cualquiera puede tocar sin un entrenamiento.
JG: Nos gusta tener también músicos invitados, de hecho tenemos un tema que hacemos cuando tenemos un invitado, «Tres más uno», ya tuvimos un fueye, un cello, entonces preparamos la parte para ese instrumento. Y esos invitados nos han comentado también, que les gusta ese vértigo, el de abordar una música tan compleja, es todo un desafío. No es que sea complicada a propósito, sale así, es algo natural que cuando lo tocás fluye así, por todas las ideas que van pasando por la cabeza y las vivencias de la ciudad.

¿Y cómo lo viven?

JG: Nosotros nos sentimos cómodos, hemos recibido mucha aprobación por parte de nuestros colegas músicos, tanto del jazz como del tango, y eso es muy positivo y gratificante. Una vez mecomentó un pianista de tango tradicional, «me encanta lo que hacen, yo no lo haría, pero me encanta escucharlos. Cuando algo está bien hecho, hay que reconocerlo!»

¿Y el segundo disco?

JG: Para Legado conseguimos apoyo económico y pudimos grabarlo con el mejor sonido, y además ya teníamos algunas cosas más organizadas.
SA: Sí, pudimos apoyarnos en la experiencia anterior, pero este disco también fue más exigente desde todo punto de vista, cuando terminamos de hacerlo terminamos exhaustos.
MC: No nos vimos por varios días… (risas)

 
¿Cómo surgió el nombre?

MC: Legado fue una palabra que estuvo rondando mucho ya antes de la grabación. Así como con Abriendo el juego, era para nosotros proponer abrir el espectro musical del tango. Nos gustaría que quedara como un legado para las próximas generaciones de tanguistas, nos gustaría dejar una marca diferente en el género.
JG: Tenemos una anécdota sobre esto, después de grabar Abriendo el juego, nos invitan a Fractura Expuesta a una entrevista, y el otro día encontré la grabación de ese programa y al escucharlo, noto que ya en esa época hablando del primer disco, estábamos hablando del concepto de dejar un legado, de marcar un camino diferente. Para que otros en el futuro lo tomen y lo transformen, o lo continúen.

Recientemente presentaron «Legado» en el Centro Cultural de la Cooperación, en el ciclo de Tango de miércoles. ¿Cómo fue esa experiencia?

JG: Fue una experiencia muy especial, porque tocamos todo el disco. Normalmente, se tocan algunos temas del nuevo disco y otros del repertorio anterior, que ya está bien aceitado, pero empezamos a tocar y nos entusiasmamos y seguimos, y salió bárbaro. Fue casi “kamikaze”, como dice Marcelo, pero si no lo hubiéramos hecho así no estaría la esencia del trío, que es el desafío constante.

Ustedes también hacen la distribución discográfica, ¿no es un tema complejo para el músico?

JG: Es complicado. La industria discográfica está totalmente quebrada, para nosotros, hoy en día tener un disco es importante, digamos «para el currículum», es como mostrar una tarjeta de presentación. Si bien a muchos nos gusta tener el objeto cd en nuestras discotecas, creo que la tendencia es la de tener las grabaciones en formato digital, en los diversos equipos de reproducción que hay. La venta en internet es lo que se impone. Entonces, la grabación es para plasmar un momento de la agrupación, un registro para el futuro. Pero el vivo es para lo que el músico realmente trabaja, para tocar en vivo y estar en contacto con su público. La música volverá a lo que fue al principio, estará en el aire. Antes de la grabación, la música era en vivo, y ahora volveremos a eso. Fijate también que las primeras grabaciones se hacían con un tema por lado (simples) y ahora los temas también los compras de a uno por internet. El disco no es un problema del músico, es un problema de las grandes discográficas.
MC: A mí personalmente el concepto del disco me gusta, para mí es importante plasmar ese momento particular en el desarrollo musical de una banda, y todo lo que completa o complementa eso, por ejemplo la tapa del disco que es una pintura original, y es parte del concepto de ese registro, la pintora lo realizó especialmente para ese disco. El hecho fundamental es la música, por supuesto, pero aprovechamos todo, para generar un hecho artístico en todos los aspectos.

Hay muchos más lugares para bailar tango que para escuchar tango en vivo.

SA: Lugares para tocar encontrás siempre, el tema es en qué condiciones, hay lugares donde te ofrecen tocar gratis, y en nuestro caso, que tenemos que trasladar una batería y un contrabajo… tenemos gastos importantes de fletes, etc. Por eso tomamos una medida con el trío, creemos que al músico algo le tienen que pagar, entonces preferimos tocar menos fechas, pero elegir los lugares.
JG: En nuestro caso, lugares que tengan batería ya es una ayuda, o que te aseguren un mínimo por músico, para no salir perdiendo tanto. O que te den un porcentaje interesante de las entradas, y no te pidan «seguro de sala» de altas sumas. Hay bares en los que, por ejemplo, por ubicación o por cualquier otro motivo, no podrías cubrir ese seguro ni siquiera con el 100% de las entradas vendidas. Hacemos fechas municipales, estuvimos en Guitarras del mundo en el Teatro Cervantes y en otros festivales, en esos lugares se manejan con caché, lo cual simplifica las cosas. Próximamente tocamos en Un Lugar en Ortúzar (el 22 de mayo, ver agenda) este lugar es muy lindo y sumale que las personas que lo manejan son músicos, con lo cual entienden como es la vida del artista.

Hay lugares donde se ofrecen conciertos «gratis» y se pide una «colaboración»; normalmente se llenan, pero al mismo tiempo mucha gente asiste a esos conciertos pero no escucha la música, charlan entre sí, y la música en vivo pasa a ser música de fondo.

JG: La responsabilidad es también nuestra, de los músicos. Nosotros no tendríamos que aceptar tocar a cualquier costo, hay determinadas condiciones básicas que tendrían que estar dadas. Pero como van todos, entonces no te pagan nada, la gente va porque se pone de moda; el día que todos los músicos estemos realmente unidos, seguramente vendrá el cambio.

Hay suficientes bares en Buenos Aires donde se puede ir a beber algo y charlar. ¿No sería mejor que se cobre una entrada, aunque sea modesta, para pagar a los músicos, al margen de lo que consume la gente?

JG: Sí, porque entonces la gente realmente iría a escuchar la música. Además, lo loco es que el concierto dura quizás unos 40 minutos, no toda la noche. Pero hay gente que no puede estar ese rato en silencio y respetar la música que se les ofrece, que además en muchos casos es de primer nivel! Por suerte hay lugares buenos, La Cooperación es un buen lugar, es una sala chica, que tiene todo de primera, y la gente va ahí a escucharte. Es otra cosa. Por eso decidimos elegir los lugares, eso hará que nos cueste más hacer que la gente nos conozca, pero la verdad es que también es importante lo que uno siente como músico cuando está tocando.

¿De qué vive un músico joven como ustedes en Argentina?

JG: Muchos vivimos de dar clases, en mi caso doy clases particulares y también en la Academia (Nacional del Tango). A mí me gusta enseñar, más allá de que viva de eso, me gusta transmitir a los otros mi conocimiento.

 

Más sobre Tango en Tres

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Contacto
tango_en_tres@yahoo.com.ar

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