Por Marina Cavalletti

 

Les tanguerxs sabemos muy bien que Gardel es sinónimo de tango, su postal reluciente, como la estampita de un santo, nos representa en el mundo y no requiere de explicaciones. Amado universalmente, la voz del “Morocho del Abasto” es Patrimonio de la Humanidad para la Unesco y el adjetivo gardeliano figura entre los numerosos que recopila el diccionario de la Real Academia Española. Sabemos de sus múltiples y maravillosas películas y canciones, de su nacimiento en pugna entre Uruguay y Francia. Lo cierto es la vida de Carlitos, nacionalizado argentino en 1923, terminó tempranamente tras un accidente aéreo del que hoy se cumplen nueve décadas. Y como también estamos seguros, los grandes no mueren, pasan a la inmortalidad y resucitan en quienes siguen su legado.

Por eso, desde Tinta Roja, reunimos a diferentes artistas que, tras las huellas indiscutibles del Zorzal Criollo, lo evocaron con la emoción propia que despiertan los indispensables.


Un verdadero ícono
En primer lugar, Cintia Trigo, cantautora de La Vagabunda, indica: “Durante casi un siglo, Carlos Gardel ha sido, y sigue siendo, el mascarón de proa del tango canción. Su legado no se limita únicamente a la perdurabilidad de sus composiciones más célebres o a la maestría inigualable de su interpretación vocal. Gardel fue un artífice y pieza fundamental en la popularidad que el género alcanzó a nivel nacional en su época, y fue él quien abrió e impulsó su difusión internacional”.
La también gestora del ciclo Glorias del ascenso aclara que su influencia trasciende lo puramente musical “Mucho antes del concepto de ´marca personal´, Gardel supo capitalizar su innato encanto y dandismo para transformarse en un verdadero ícono y referente estético y estilístico. Aquello que le era propio y peculiar, terminó volviéndose intrínseco a lo ´tanguero´.
En definitiva, para Trigo, “la figura de Gardel es tan inseparable del tango que podemos afirmar con certeza: Gardel es el Tango y el Tango es Gardel”.
Así, como parte de la rememoración, el cantor Nahuel Conde  explicó que Gardel sigue vigente “porque muchas de las obras que interpretó, como ‘Yira, Yira’, reflejan el mundo de hoy. Y principalmente porque su sonrisa ilumina el camino de todo músico que se anime a viajar y llevar el Tango a latitudes lejanas del Río de la Plata. Porque en Medellín, en París, en Tokio, o Madrid si alguien habla de tango hablará de Gardel”.

Hito y Mito fundacional 
En la misma línea y con un repertorio ampliado de palabras, el multifacético Alejandro Guyot se pregunta: ¿qué decir de la figura inigualable, irrepetible de Carlos Gardel?,  ¿Del Hito y Mito fundacional del tango canción, de su recorrido por la música que termina conformando una identidad de la música popular argentina? “Sin dudas Carlos Gardel es una referencia ineludible para todo cantor y cantora, para todo músico y compositor de la música popular argentina, indudablemente, pero también trasciende las fronteras de nuestro país ya que fue un artista admirado y reconocido en Latinoamérica, en Europa y en Estados Unidos (sabemos que Frank Sinatra era fan de Carlitos)”, comenta y añade:  “Para mí Gardel es la matriz técnico interpretativa en la que se volvieron, se vuelven y se volverán a reflejar cantoras y cantores de tango… y también cantores de música popular argentina”.
Guyot viaja en el tiempo. Y casi como si lo viera, asegura que ese espejarse en colegas, sucede: “Por su propia historia cuando llega a Buenos Aires con pocos años de edad y se instala con su madre Berta –que era planchadora– cerca de donde estaban todos los teatros, en pleno centro, en Talcahuano, Corrientes, Bartolomé Mitre, la calle Libertad, en esa zona en la que ellos vivían” cuenta y completa: “Berta planchaba todas los vestuarios de las compañías que llegaban a Buenos Aires a poner en escena obras líricas, zarzuelas y justamente Carlitos al hacer el delivery –o sea, la entrega de ese vestuario en los mismos teatros–  gracias a ese trabajo, esa changa que le hacía su madre, accedía a ver ensayos, a presenciar vocalizaciones, hasta llegó a formar parte de la claqué de los aplaudidores que el director contrataba para que se rían o para que aplaudan en tal parte de la obra”.
Guyot habla de Gardel a borbotones, como quien habla de un amigo de toda la vida. Y amplía: “hasta llegó a actuar en algunos escenarios de los teatros del centro, entonces de esa experiencia él se trae justamente el contacto con la técnica de bel canto italiano, la manera de cantar justamente Lieder, la manera operística de cantar, pero después de esa experiencia la tamiza, la mezcla, la mixtura con otra experiencia que tiene que ver con que se mudan al barrio del Abasto. Además, Gardel empieza a trabajar en el mercado del Abasto y allí conoce a carreteros, a gente que hacía los fletes, que traía productos desde las provincias que se iban a comercializar en el mercado. Los carreteros eran también guitarreros, payadores y cantores que se iban, después de cumplir con su trabajo, a los boliches que estaban alrededor del Abasto para «despuntar el vicio». Cantaban zambas, estilos criollos, payadas, entonces Gardel aúna estas experiencias,  estas dos corrientes, estas dos escuelas de alguna manera de canto que son el bel canto italiano y el canto más popular de los payadores”.
El líder de Bombay Bs As sostiene que “así él forja una matriz técnico interpretativa que es inevitable para cantar tango. Carlos Gardel, el cantor de tango, funda una manera de cantar  en coincidencia con Ignacio Corsini (él venía de Sicilia, de toda una zona donde se cantaban canzonetas, etcétera, etcétera), y acá en Buenos Aires se mete en lo que sería el circo criollo, vestido de gaucho, Ignacio Corsini cantaba cosas de Atahualpa Yupanqui, zambas, triunfos, valsecitos criollos y tangos también. Entonces dos grandes cantores terminan armando una matriz técnico interpretativa, sin dudas la figura preponderante es la de Gardel, pero Corsini viene a subrayar esa escuela también y termina para mí dándole justamente una nueva manera de cantar la música argentina en esa amalgama del bel canto italiano y del canto de los payadores”.
Para cerrar Guyot se detiene en el aspecto innovador del Zorzal: “pensando en cuestiones artísticas, en cómo los tangos de Gardel y Lepera universalizan el tango canción llegando hasta Broadway, los tangos de Gardel y Lepera, a diferencia de otros compositores y autores, tienen la posibilidad de hacer una canción que se pueda cantar en todo el mundo (porque tienen muy poco lunfardo) pero condensan en sus obras un gran dramatismo y una lírica muy sensible. Los Tangos de Gardel/Lepera son la versión más perfecta del tango canción, sin dudas”.

Mago del Tiempo
En el tramo final del recorrido, la cantante, compositora, directora y productora. Sandra Márquez bosqueja unas instrucciones para cantar con Gardel y expresa: “Volver a nombrarlo, evocarlo puede quedar en una mera forma de los que nos dice su Imagen: Sonrisa perfecta, elegancia, un mito inalcanzable… O ir un poco más allá: ¿Por qué cada día canta mejor? Pasé algunos años investigando: me vestí como él, mire sus películas, sonreí con boca y ojos. Entrevisté a las figuras más destacadas del tango preguntándoles por qué los enamoraba su voz. Hasta probé distintas técnicas del bello canto y otras para encarnar y descubrir algún secreto.  Pero lo que sí me hizo entrar en una dimensión desconocida fue cantar con él. Y en la prueba del tiempo: jugar midiendo, al entrar con él en cada pieza, percibí algo distinto: ese no sé qué. Justo ahí… antes de que comience a cantar… Ahí, en esa decisión de entrar casi adelantado, podría describirse, ahí es cuando se produce la magia. Como si entrara en una dimensión distinta del tiempo y el espacio, en ese robar unos mili segundos, sucede algo alquímico, una decisión, una especie de conjuro en la inspiración: una habilidad única como el gambeteo de Diego”, declara en referencia a su proyecto “Revelaciones de una ilusión. Eva canta Gardel”.
La también, actriz y performer concluye el itinerario y alega que “él canta como vivió, siempre visionario, comprende lo que va a venir, se adelanta en el tiempo como en la vida. Tomando las riendas de su destino. Con cada inspiración abre un portal en el tiempo, dónde futuro, presente y pasado se confunden. Esa precisión, ese coraje, ese espíritu revolucionario, ese cantar de Zorzal, lo hacen ser el Cantor de Buenos Aires, el único: el Mago del tiempo”.

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