Por Carlos Zito

Fue el pasado viernes 11, y había que ir, pues no hay muchas ocasiones de ver a este… «¿artista under?», «¿iconoclasta?», «¿singular?». ¿Cómo presentarlo? ¿Hay que presentarlo?

Digamos que ya es difícil ponerle nombre a la cosa: ¿recital?, ¿concierto?, ¿show? Dema tendría algo que decir de cada sustantivo. Y nos dejaría pensando, porque siempre esta mirando el mismo programa que uno, pero por otro canal. Cortazar rescató en un texto una frase de Isadora Duncan: “Yo podría bailar ese sillón”. Parafraseando a la célebre bailarina, Dema dirá: «Yo puedo silbar a Roberto Arlt».

Dirige su orquesta (de dos) a lo D’Arienzo, mientras «lo muchacho» le dan a las violas como si fueran ametralladoras Thompson. Y digamos que la Petitera (que lleva bien su nombre, por lo de petit) no esta formada por dos autómatas, como pareciera surgir de todos los programas. No. Se trata de dos personas de verdad, dos guitarristas de combate: Alfredo Seoane y Luis Alberto Sampaoli.

Muchos de los que llenaron -completamente- la gran sala del CAFF ya se conocían los temas de la Petitera de memoria, (también la marchita) y pedían por el nombre. Fueron los que explotaron cuando Dema arrancó con Matadeeeeeeeeros.

Pero a Dema hay que escucharlo escribir:

«El tiempo no olvida nada
y no para de parir
corazoncitos de poca monta
que cuesta hacer latir
y pensando en la pavada
se regalan como souvenir»

                                  de «Culito rococó»

¡ Vamos, los pibes poetas !

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