Astillero – «Quilombo» (2017)
Por Sebastián Linardi

«Quilombo» es un argentinismo de origen afro que en el uso extendido significa «lío», pero que en su etimología profunda señalaba un lugar apartado, clandestino, de resistencia de esclavos negros fugados, donde creaban su propia soberanía lejos del poder de sus amos, en el Brasil del siglo XIX.
En el caso de este cuarto disco de «Astillero», el grupo dirigido por Julián Peralta, la elección del título tiene que ver con ambas acepciones. Porque además del permanente gesto de resistencia en que abordan al tango, en este disco especialmente, la herencia afro de la cultura argentina es abordada en distintas claves. Tango, murga porteña y milonga pasan por el intenso tamiz de este grupo, que se queda con lo esencial para re- armarlo en un estilo que ya es huella.
Siguiendo el camino totalmente instrumental que ya habían comenzado en el disco anterior («Soundtrack Buenos Aires»),  junto a la intensa sonoridad Astillero (que muchas veces ronda cierto tono violento y descarnado), la elección del título de los temas da al oyente una clave adicional de escucha: la mayoría de ellos refieren a barrios populares del sur de Buenos Aires y su conurbano. La zona que tiene una mística no solo relacionada con el origen popular del tango, sino con fábricas abandonadas, luchas obreras, barriadas populares, su cultura y ese Riachuelo contaminado que es una suerte de cicatriz olorosa que separa y a la vez une fatalmente sus dos orillas.
Matriz que se nota en los tangos más «puros» del disco, como el agresivo «Tugurio» o «Alsina», ásperos y a la vez, grises.  Grises como «Docke», arrastrado, con climas envolventes, serenos, que darán paso a momentos de violencia.
Pero la marca que quedará grabada como el mayor legado del disco es el abordaje a la murga porteña hecha desde el tango orquestado, con sus instrumentos característicos, sin un solo instrumento de percusión, clavando el tántrico pulso denso y a tierra. Verdaderos hallazgos, como «Pedernera» o el impresionante «Pompeya» donde la orquesta recrea la robusta base de un bombo con platillo que se hace presente aunque no esté y del que se hizo un interesante video clip con murgueros  pelando en la calle sus mejores pasos.
Y como buen disco conceptual, el lío al que refiere un quilombo termina de explotar en «Caraza» un tema que mezcla en dosis parejas el tango filoso a «lo Astillero», la murga y  cierta clave de candombe que juega con climas que pasan de la energía a la nostalgia más íntima.
«Quilombo» es un disco más que interesante que logra dar una vuelta más a un tango que, gracias a grupos como «Astillero» lejos está de agotarse. Todo lo contrario, lo vuelven vitalmente conectado a los sonidos de un lugar que este grupo, en forma descarnada, ubica lejos del alma, en el sur de la ciudad.

El disco se puede escuchar en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=1uBPde-ZxMI
Más sobre Astillero:
http://www.astillerotango.com.ar
Astillero está formado por Alicia Alonso Baeza en violín, Jacqueline Oroc en violoncello, Mariano González Calo y Diego Maniowicz en bandoneones, Federico Maiocchi en contrabajo y Julián Peralta en piano.

 

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