El pasado jueves 3 de abril se realizó en el Espacio Tucumán la clínica de guitarra popular con Ernesto Snajer. Parte de una serie de Clases Maestras de distintos instrumentos que se lleva a cabo durante todo abril.
Previo al inicio, de gran convocatoria de público, nos recibía en el hall de bienvenida en la galería del Espacio un artista pintor en vivo. Agustín González Goitya, finalizaba con su pincel una obra en proceso, que integra el grupo de las ya expuestas, también de su propia autoría. La espera para el ingreso al auditorio se hacía así más interesante.
Una vez dentro, Snajer abrió la charla ejecutando un tema propio para entrar en calor. Finalizada esta introducción musical, se plantearon una serie de preguntas abiertas con el público presente. Entre los conceptos impartidos acerca del presente de los músicos de hoy se podrían destacar estas citas: “si tuviera que definir este momento, veo un gran desconcierto en la gente joven”. “Si puedo contribuir a ayudar a pensar, me gustaría hacerlo”. Y en referencia a la búsqueda musical: “Cuando lo que uno hace es sincero, es válido. También está en juego la autocrítica, uno tiene que confiar en uno mismo», «El único parámetro es la música”.
El maestro destaca que «hoy en día se ven más posibilidades académicas. Antes era más difícil elegir. Lo más importante es saber lo que se quiere hacer, determinar el interés principal. Es muy difícil meterse en distintos estilos».
La pregunta del millón ¿Cómo se puede vivir de la música? A lo que el maestro Snajer responde: «La gente se avivó, todos quieren ser músicos. Las carreras tradicionales representan las mismas dificultades. Hace 30 años no pasaba lo mismo”. En esa época el problema era lograr hacer bien lo que uno hacía. Si hacía una clínica hace 15 años, no venía nadie. Me preocupa ¿Cómo el mercado va a absorber todo eso?».
Destaca el no dejar las cosas por la mitad: «Es muy jodido dedicarse a lo que uno quiere. Por ejemplo si te tomás en serio la docencia te van a buscar. La cosa cuesta un montón. El proceso hay que llevarlo con alegría. Estudiar, estudiar, practicar. Es darse cuenta, es entrenarse en su casa tocando de lunes a sábado. Darse cuenta de qué es lo que uno quiere hacer».
Ernesto además de tocar la guitarra también estudió otros instrumentos, lo cual también aconseja hacer. Al estudiar armonía se puso a estudiar piano. También toca la batería. El piano, aconseja Snajer, es ideal para aprender como segundo instrumento.
Otro tema importante que trató es desde qué lugar componen los músicos. Encarar la composición asumiendo que será una actividad que lleva mucho tiempo. La única respuesta posible es la práctica, la repetición. La crítica se realiza después sobre lo que está hecho.
Uno de los mejores amigos del músico es el metrónomo y ahí Ernesto lo puso en evidencia. Sacó el metrónomo y se puso a tocar nota por nota. Sincro con negras metrónomo en 65. Aprender a escuchar también a la gente con la que estoy interactuando.
Entre otros conceptos que dejó la charla, señaló la importancia de salir a tocar, escucharse, eso se aprende en vivo y en directo; tocar mucho y practicar.
En referencia a la escena argentina comentó “La escena musical argentina la veo con mucha mejor calidad. Antes era más fácil destacar».
Es muy importante grabarse y también escucharse a sí mismo. Es importante tomar ajustes de que uno hace. No tener apuro en mostrar una obra y subirlo a soundcloud.
Acerca de la improvisación, dice: «Disfruto mucho escuchar a alguien que lo hace bien. Es una disciplina en la que hay que estar muy atento. Es el lugar donde convergen todas las supuestas habilidades. Donde no practico mucho, es peor. ¿Qué técnica? El método. Un tiempo de practicar con un loop con grabaciones base y ponerse a tocar.
La exitosa jornada terminó a puro concierto acompañado por el guitarrista Matías Arriazu portando una guitarra de 8 cuerdas. Interpretaron una milonga, chacarera vals, chamamé porteño, terere on the Rocks. Una variedad de sonidos rioplatenses y típicos del litoral.
Culminando el evento con 2 cantantes invitadas de Misiones: Flor Bobadilla Oliva y Cecilia Pahl.
.
