Por Ignacio Amatriain

Gurisa
Contra lo que parece sugerir la numeración, este Volumen 2 es en verdad la tercera entrega de la serie de grabaciones de tangos tradicionales en dúo de voz y guitarra, a cargo de dos talentosos y destacados músicos de la joven guardia del tango, Walter “Chino” Laborde y Diego “Dipi” Kvitko.

Laborde es bien conocido por su labor como cantante de la Orquesta Típica Fernández Fierro y la Sans Souci, con las que respectivamente ha explorado la renovación musical y estética del género, y el homenaje a las décadas del 40 y 50 recreando los estilos de las orquestas de Caló y Maderna.
Kvitko tiene ya también una importante trayectoria, acompañando a varios cantores (desde Mollo y Melingo hasta Trelles o el “Chiqui” Pereyra), y formando parte del cuarteto Catenacho y de los conjuntos de Hugo Rivas y de Aníbal Arias, maestro con quien durante una década aprendió a cultivar un estilo afín de arreglos clásicos y tributo al tango más tradicional.

Laborde y Kvitko vienen tocando juntos desde el año 2000, presentándose en muchas milongas y salas porteñas (actualmente se presentan con regularidad en el CAFF, en el espectáculo “Cómo te quiero hermano”, junto con el dúo de Cucuza Castiello y Moscato Luna), y en giras que los llevaron por Italia, Finlandia y dos veces en Japón.

En las giras emprendidas por el país nipón, es donde nació precisamente el presente disco. Tras su presentación allí en 2009 por el Mundial de baile de tango, un productor les propuso la concepción y grabación de un disco a editarse primeramente en aquel país, promocionando la gira de dos meses que harían luego en 2010 con el espectáculo “Dramatic Tango” dirigido por el maestro Víctor Lavallén (como debían esperar un año para poder editar el Vol. 2 en Argentina, al volver a nuestro país editaron con antelación el Vol. 3 de la serie).

El título repetido en el disco (“tango-tango”, juego de palabras que es elocuente y a la vez un guiño irónico con la idea de ortodoxia tanguera), define bien el proyecto del dúo: la reivindicación y recreación de clásicos de la más pura tradición del género, junto a la consciencia explícita de su rescate desde la pertenencia a una generación nueva y tardía, que debe explorar y conocer el pasado para poder a la vez ensayar una renovación a futuro, eludiendo la solemnidad, el oportunismo y los repertorios remanidos del tango for export.
La propuesta no excluye así el desprejuicio y el humor, especialmente en sus presentaciones en vivo (Laborde luce su histrionismo cómico sobre el escenario, y los comentarios e intervenciones de Kvitko no le van en zaga), que buscan reproducir también en un par de pistas del disco, en las que presentan a los dos ilustres músicos invitados: el virtuoso armonicista Franco Luciani, y un capo de la música rioplatense, el “Negro” Rubén Rada.

Pero el humor no es parodia, y en el disco, la aproximación al repertorio del tango tradicional se siente respetuosa, con una interpretación fiel y despojada, apostando al emotivo lirismo de Laborde y el clima de diálogo intimista que logran ambos músicos. La sola guitarra de Kvitko, con su ejecución prolija y arreglos que honran la tradición de las guitarras clásica y criolla de Arias y Grela, parece brindarle a Laborde, lejos de la exigencia modernista y el ímpetu rockero de sus incursiones con la Fierro, el espacio y tiempo adecuados para desplegar el fraseo que distingue a los buenos cantores del género.

El repertorio incluido en esta segunda selección, cuenta con algunos clásicos, como “El abrojito” (Bernstein/Fernández Blanco) y “Cascabelito” (Bohr/Caruso), y un par de composiciones de Enrique Santos Discépolo, una perla rescatada hoy por los cantores y que abre aquí el disco, “Sin palabras”, y el menos transitado “Secreto”, con el patetismo de la poética discepoliana. También se incluyen otros tangazos conocidos como “Dicha pasada” (G.Barbieri) y “Cicatrices” (Avilés/Maroni), y el tema “Una lágrima” (Verona/Cárdenas). Promediando el recorrido, una brisa de aires camperos agrupa la tanda que abre con el tango “Gurisa” (Vidal/GarcíaSatur) y sigue con dos canciones del gran Atahualpa Yupanqui, la zamba “Tierra querida”, y la bella interpretación de Kvitko en versión instrumental de “El alazán” (Yupanqui/DelCerro).

Completando el repertorio, mención aparte para los dos temas agregados a la grabación original japonesa, donde luce el aporte de los músicos invitados. El primero abre con una sentida y fiel recreación en la armónica de Luciani del inolvidable bandoneón de Troilo en su obra “Nocturno a mi barrio”, empalmando y alternando en la misma pista con otro tema de Pichuco, “Una canción” (Troilo/Castillo). En segundo lugar, cerrando el disco, otro clásico como “Anclao en París” (Barbieri/Cadícamo), cantado a dúo entre Rada y Laborde, que incorpora la percusión para terminar a puro ritmo de candombe.
En resumen, un repertorio de fierro con una excelente interpretación de dos destacados artistas de la nueva guardia del tango, completando una trilogía que nos permite revisitar una vez más con interés, la rica e inagotable tradición del género.

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